domingo, 20 de septiembre de 2009

EN LA SOLEDAD DE LAS MARGARITAS


El humo que salía del fogón de leña con olor a pollo rostizado inundaba el lugar y no era para menos en la casa de al lado doña Flor acababa de componer una gallina para preparar el almuerzo y había puesto entre brazas las vísceras, para luego echárselas a los perros. Ese agradable olor que se percibia hacia antesala a un delicioso almuerzo que transporta a las tradiciones de las abuelas en el campo.
Mientras tanto Don Jaime, un hombre flaco y solitario prepara la tierra con un azadón, con el mismo amor con el que doña Flor prepara el almuerzo, para sembrar el segundo cultivo de maíz en el año, pues el primero ya está a punto de ser recogido, lo anuncian las barbas de las mazorcas que cambian de color blanco a rojizo, y por lo tanto en máximo 2 ò 3 días el cultivo estará listo para el consumo. Más adelante se pueden observar en el suelo los huecos donde fueron sembradas las semillas de yuca que en más o menos en 6 meses estarán dando jugosas yucas.
El espíritu paciente y trabajador de Don Jaime, han hecho de este pequeño lugar su fuente de subsistencia y a aparte de su hija su única razón de vivir. Él poco sabe de la realidad que se vive afuera pues su día a día transcurre entre matas de maíz, yuca, plátanos, piñas y guayaba; y en un ambiente donde una vieja hamaca y un gato son sus mejores compañeros.
La realidad de Don Jaime está aquí en las Margaritas, su pequeña parcela, una realidad marcada por el correr del viento, el aromas de los arboles, por el sonido de los pájaros.
Ya se ha aplacado el olor de las vísceras quemadas que provenía de la parcela de al lado; y a diferencia de Doña Flor que se ve esmerada por terminar el almuerzo para alimentar a su familia, Don Jaime prefiere quedarse trabajando la tierra olvidándose por un momento de su estomago y de una función vital “su alimentación”. Para él en estos momentos es más importante terminar de preparar la tierra. El arraigo que Don Jaime siente por ésta ha marcado su vida y ha sido su refugio en medio de tanta soledad.
su refugio en medio de tanta soledad.

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